La lectura como oportunidad

La lectura como oportunidad

En los últimos años, los resultados de los sucesivos barómetros de hábitos de lectura y compra de libros en España, elaborados por la Federación de Gremios de Editores de España, señalan una tendencia —ligera pero continua— en ascenso: en España, cada vez, leemos más. Y ese incremento de lectores y de horas de lectura en España ha sido excepcional durante la pandemia.

¿Cómo podemos retener a esos lectores en el gusto por la lectura y en el hábito lector? No hay fórmulas mágicas. Hay un compromiso y una estrategia para intentar alcanzar ese objetivo, que parte de un adecuado diagnóstico de la realidad y de la articulación coherente de las acciones de fomento de la lectura. Desde el Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General del Libro y del Fomento de la Lectura, llevamos tiempo trabajando, de la mano con el sector, en reforzar las estructuras del ecosistema del libro, en mejorar las infraestructuras bibliotecarias, en facilitar el acceso a la lectura sin importar dónde se vive o qué renta se tiene, y en impulsar acciones y proyectos de fomento y animación lectora junto a bibliotecas, escritores, mediadores de lectura, etc.

El momento vivido con y tras la crisis de la covid 19 ha puesto en el foco la importancia de la lectura y de los valores que transmite no solo a cada individuo, sino a la sociedad en su conjunto. La lectura ha servido de refugio y de protección para nuestra mente y nos ha aportado serenidad: ha sido al mismo tiempo ventana hacia afuera cuando no podíamos salir de nuestras casas y refugio de la incertidumbre en la que nos encontrábamos. Irene Vallejo, en su obra Manifiesto por la lectura señala que “los libros ofrecen un gimnasio asequible y barato para la inteligencia en todas las edades, y tan solo por ese motivo sería aconsejable incluirlos desde la más temprana infancia y mantenerlos a lo largo de la vida”. La lectura es salud, desde luego, pero también es muchas otras cosas: es placer y disfrute; es vehículo insustituible para la educación y el aprendizaje. La lectura también es un elemento sine qua non para el crecimiento personal y para el desarrollo de las sociedades en las que vivimos. La lectura es finalmente y sobre todo, un derecho del individuo y una oportunidad para nuestro futuro como sociedad. Lectura como hábito, como conocimiento, como condición para el pensamiento crítico, para el avance.

No debemos dejar de lado la vinculación del libro y la lectura con la economía. Y es que la lectura contribuye, per se, a una transformación estructural de nuestra sociedad y permite un desarrollo más sostenible de la misma desde el punto de vista económico, social, territorial y medioabiental. La lectura genera riqueza en todas sus acepciones.

El gobierno se obliga

Por ello es preciso realizar una reflexión profunda sobre la necesidad de la lectura para afrontar los retos a los que deberá enfrentarse nuestra sociedad en el futuro. Y parte de esa reflexión se ha llevado a cabo en el grupo de trabajo de fomento de la lectura, dentro de la Mesa del Libro, que se ha reunido desde diciembre del año pasado, para proponer estrategias y definir conceptos y elementos esenciales para las políticas públicas de lectura en los próximos años. Trabajar para que se lea más, para ampliar la base de lectores, es una causa que nos une a todos: familias, escuelas, universidades, bibliotecas, escritores, traductores, ilustradores, editores, libreros, docentes y mediadores, instituciones y administraciones públicas.

Es el artículo 3 de la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas el que, como medida para fomentar el apoyo de los poderes públicos al libro como modelo de expresión cultural, recoge la obligación del Gobierno de aprobar y desarrollar planes de fomento de la lectura con el objetivo de contribuir a que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la educación y la cultura y reforzar el interés por la lectura en la vida cotidiana mediante políticas públicas destinadas a promover y consensuar este hábito entre la población española, prestando especial atención a las necesidades de las bibliotecas y de la población infantil y juvenil, colectivos en riesgo de exclusión social y personas con diversidad funcional.

A ese mandato hemos dado respuesta con el nuevo plan de fomento de la lectura, un plan que va más allá de la yuxtaposición de acciones y que profundiza en el concepto de pacto cívico por la lectura (idea lanzada por el sector), sumándose a él. Una de las claves del próximo Plan de Fomento de la Lectura es que se articulará como un instrumento adaptable a los retos que se produzcan y preparado para dar respuesta a las necesidades que vayan surgiendo, en definitiva, un plan vivo.

Leemos más, pero queremos dar un salto cualitativo. La elaboración de esta nueva estrategia de fomento de la lectura tiene lugar en un momento muy particular marcado por la redefinición del concepto de lectura y de los hábitos lectores de los españoles como resultado de una serie de transformaciones de carácter tecnológico, económico, social y cultural. Todo ello ampara la importancia de reforzar las políticas públicas del libro y del fomento de la lectura y de dotarlas del presupuesto para cumplir con su objetivo.

El futuro del fomento de la lectura pasa por expandir la idea de lectura, por reforzar la idea de pacto y por resituar el hecho lector en lo que aporta al individuo y a la sociedad. Parafraseando a Arquímedes: “dadme un lector y moveré el mundo”.

María José Gálvez Salvador es directora general de Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.

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