Artículo publicado en el n.º786 (Mar-Abr 2021)
Aquí se viaja a las esferas y se desciende al centro de la tierra. Un axis que conecta lo de arriba y abajo (como en tantas tradiciones filo- sóficas y religiosas) sin dejarse seducir por los cantos de sirena de lo irreal. Lo concreto, lo cercano, lo hondo. La mano, el ave, la caverna. Y la llama que lo encenderá todo para hacerlo visible y anotarlo mientras se apaga, quizás para que no se apague. Extraordinario.
Por Jesús Aguado.