Estamos ante un verdadero misterio de la biología y de la psicología: la portentosa capacidad sapiens de mantener presente, vivo y activo lo vivido. Caprichoso y esquivo don natural que construye y reconstruye identidades biográficas a través de unos enigmáticos mecanismos cerebrales que lo hacen posible, si bien sobre ello ignoramos más que sabemos. No hay psiquismo sin memoria, pero sorprende que haya unos humanos con tanta, tantísima, memoria y otros con tan poca, digamos poquísima. Gracias a ella somos lo que somos, aun variando sin cesar y afrontando novedades sin fin. Hace mirar atrás, al tiempo que abre la vida hacia delante. Eso sí, gracias a la memoria, no todo en la vida es volatilidad, disipación, olvido. Ruiz-Vargas ha escrito una obra asertiva, meticulosa, seria, actual que informa sobre los infinitos caprichos y arbitrariedades de una prodigiosa capacidad humana que incide tanto en el transcurso de la vida y en la forma que presenta nuestro mundo.