Adorado y temido, su nombre aparece en los libros como uno de los hombres que marcó un antes y un después en la historia. Debido al uso desmesurado de su figura como instrumento de propaganda, Vladímir Ilich Uliánov se ha convertido en un símbolo revolucionario más que en una persona con sus contradicciones, pero detrás de los monumentos se esconden los altibajos de una vida dedicada a un único proyecto: la creación del estado comunista. Gracias a las didácticas ilustraciones que decoran las páginas, nos adentramos en un trabajo de alta capacidad de síntesis. Viendo sus etapas vitales como la trayectoria de un río, descubrimos cómo las tragedias que lo rodeaban marcaron su personalidad, como la ejecución de su hermano o los múltiples exilios que tuvo que sufrir. Después de la Revolución de Octubre pronto las ilusiones se convirtieron en violencia y terror rojo, pero, como recoge el autor, Lenin “realizó unas transformaciones que normalmente llevan siglos”