Durante el confinamiento, se ha centrado la atención, de forma puntual, en la comunidad hasídica de Nueva York. Pienso que se ha debido a dos razones centrales; la primera podría ser la popularidad alcanzada por la serie Unorthodox de Netflix. Y la segunda, la aparición de noticias en diferentes diarios sobre el elevado contagio del virus en estas comunidades.
Un amigo judío me explica que está harto, que no entiende porqué existe tanto interés internacional sobre la comunidad hasídica de Brooklyn, que a escala internacional habría muchos otros temas, más relevantes, por tratar. Así que, movida por su reflexión, he contactado con el rabino David Libersohn de la comunidad Jabad de Barcelona; y con el rabino Avi Shafran director de asuntos públicos de Agudath Israel of America, entidad que aglutina diferentes comunidades hasídicas. La intención es lanzar el contrapunto que ellos pueden dar en esta situación; cómo les afecta el papel que han podido tener los medios de comunicación y los políticos.
1. Durante la propagación del virus, algunos medios Internacionales, e incluso algunos diarios de aquí, han publicado noticias sobre la comunidad hasídica de Brooklyn. ¿Por qué crees que se ha centrado el interés en este colectivo?
David Libersohn: Entiendo que está relacionado con una forma de hacer periodismo sensacionalista, una forma que le hace parecer al lector que se acerca a algo desconocido, a lo remoto e incluso utilizaría la palabra tabú en referencias leídas en alguna parte. De esta manera, el periodista desvía al lector de lo importante para llevarlo muchas veces a lo superfluo, a aquellas noticias que no añaden ningún valor en un momento de estado de alarma… pero si de cultura se trata… pues todo es cultura y bienvenido sea.
Avi Shafran: La comunidad hasídica parece ser de constante interés para los medios y la industria del entretenimiento. En parte, me imagino, porque la comunidad hasídica es muy diferentes a la de sus compatriotas neoyorquinos: en vestimenta, comportamiento y prácticas. Pero también porque son una comunidad en crecimiento. Los judíos ortodoxos en general tienden a tener familias numerosas, mientras que, como se observa en los cambios demográficos de las últimas décadas, el mundo no ortodoxo tiende a tener solo uno o dos hijos por familia. Si esto es así, la población ortodoxa destacará más a la larga.
2. ¿Cómo crees que los medios de comunicación están cubriendo estos hechos?
D.L: A mi entender los medios en España están polarizados en la misma manera que lo está la política, y cada uno expresa sus ideales basándose en idealismo y perspectiva de la realidad.
A.S: La mayoría de los miembros de los medios de comunicación no son personas religiosas, por lo que tienen algunos prejuicios sutiles sobre las personas religiosas, especialmente si sus observancias religiosas son conspicuas. Eso lleva a algún reportaje injusto, bajo mi experiencia. Sin embargo, creo que los principales medios son generalmente objetivos cuando se trata de judíos ortodoxos. Los medios generalmente informan sobre hechos recientes. El enfoque excesivo en Williamsburg y Borough Park puede evidenciar algún sesgo, pero no estoy convencido de que haya ningún prejuicio consciente en el trabajo. La vista de un funeral grande y lleno de gente es convincente, y no podemos esperar razonablemente que sea ignorado. Tampoco debería ser así.
3. ¿Qué piensas de los comentarios que hizo Bill de Blasio, alcalde de Nueva York?
D.L: Nueva York es una ciudad muy amada por mí. Lo que criticó era correcto, solamente queda la incógnita del porque no critica a otros tantos que hacen lo mismo. Si es antisemitismo no lo sé, pero si su ideal era educar parte de una sociedad, no lo logró. De la política y de nuestros dirigentes, se espera que sean respetuosos en su lenguaje, dignos y sean capaces de mirar a todos de manera igual. No estoy seguro de que este señor lo haya logrado.
A.S: Los comentarios del Sr. de Blasio estaban equivocados. Podría haber, y debería haber hablado en términos generales, no centrado en la comunidad judía. Pero, al mismo tiempo, estaba reaccionando, y con un malestar comprensible, a un acontecimiento entre judíos visiblemente judíos. Así que no creo que sus palabras puedan tomarse como evidencia de ningún ánimo para los judíos. Nunca ha mostrado una actitud negativa, de hecho ha sido muy amable y complaciente con las necesidades de la comunidad ortodoxa.
4. ¿Qué consecuencias pueden tener este tipo de narrativas para la comunidad judía en general?
D.L: La comunidad judía, en general, está anestesiada ante la expresión que pueda tener uno u otro individuo. Esta anestesia tiene efecto mientras estemos despiertos a lo que sucede y, mientras no permitamos que se entienda como una sociedad permisiva, el uso de la libertad de expresión. Esperamos que ellos que los que tengan que tomar decisiones lo hagan bien, y principalmente lo puedan transmitir bien con precisión y un buen lenguaje de comunicación para que el ciudadano no vaya perdido.
A.S: Desafortunadamente, si nos fijamos en el discurso de Blasio por ejemplo, las palabras, mal elegidas como fueron, pueden usarse como municiones para los que odian. El poder de las palabras, el judaísmo lo enseña y la experiencia lo confirma, es grandioso. Y no usar el lenguaje con cuidado puede tener efectos muy malos.
Lucia Montobbio, periodista y mediadora
Fotografía de Zac Ong bajo licencia Unplash