Uno de los poemas más célebres de Paul Celan (1920-1970) es el que aquí ofrecemos, “Todesfugue”, cuando se ha cumplido el centenario del nacimiento del autor. Escrito originariamente en rumano (“Tangoul Morţii”, es decir, “Tango de la muerte”), Celan lo reescribió luego en alemán. Su ruptura con el idioma y sus reiteraciones obsesivas hacen de este “poema alucinante”, como escribió Valente, “uno de los textos que con más terrible luminosidad y belleza da testimonio de la historia de su tiempo, de un tiempo que fue el nuestro”. Lo damos en la espléndida versión de Jaime Siles, con la que se abre el “Pliego” del actual número de El Ciervo.
FUGA DE LA MUERTE
Negra leche del alba bebemos por la tarde
la bebemos a mediodía y por la mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en los aires allí no yace estrecho nadie
en la casa habita un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe cuando hacia Alemania oscurece tu dorado cabello Margarita
lo escribe y se planta delante de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos que caven una tumba en la tierra
nos ordena tocad ahora música para bailar
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos por la mañana y a mediodía te bebemos por la tarde
te bebemos y bebemos
en la casa habita un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe cuando hacia Alemania oscurece tu dorado cabello Margarita
tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una tumba en los aires allí no yace
estrecho nadie
Dice a gritos cavad en el imperio de la tierra unos cantad y tocad otros
agarra la espada del cinto la blande sus ojos son azules
cavad unos las palas más hondo los otros seguid tocando música para bailar
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía y por la mañana te bebemos por la tarde
bebemos y bebemos
en la casa habita un hombre tu dorado cabello Margarita
tu cabello de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Dice a gritos que suene más dulce la muerte la muerte es un maestro llegado
de Alemania
dice a gritos haced que los violines suenen más oscuros así ascenderéis
como humo en el aire
así tendréis una tumba en las nubes allí no yace estrecho nadie
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro llegado de Alemania
te bebemos por la tarde y por la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro llegado de Alemania su ojo es azul
él con bala de plomo te alcanza certero te alcanza
en la casa habita un hombre tu dorado cabello Margarita
azuza sus mastines contra nosotros nos regala una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro llegado de
Alemania
tu dorado cabello Margarita
tu cabello de ceniza Sulamita
(De Der Sand aus den Urnen, 1948)