Este poema del gran poeta hebreo Yehuda Amijai (1924-2000) corresponde a su libro Ahora en el ruido, de 1969, y ha sido traducido ex profeso para este blog de El Ciervo por Raquel García Lozano, para quien las “palabras de Amijai –precisa– son como un cuchillo que te hace sentir el dolor de la vida”.
AMARGO Y APRESURADO
Amargo y apresurado llegó el final,
pero lento y dulce fue el tiempo que hubo entre nosotros,
lentas y dulces fueron las noches,
cuando mis manos no se tocaban, con desesperación, la una a la otra
sino, con amor, tu cuerpo, que las separaba.
Y cuando llegué a tu interior, esa fue la única posibilidad
que tuvo la gran felicidad de ser medida
con la precisión de un dolor punzante. Amargo y apresurado.
Lentas y dulces fueron las noches,
amargo y chirriante como la arena, el tiempo del ahora.
“Seamos sensatos”, e insultos parecidos.
Y cuanto más nos distanciamos del amor,
más tenemos que hablar,
palabras y frases largas y ordenadas.
Si nos hubiésemos quedado juntos, habríamos
podido permanecer en silencio.