Sería deseable que el acceso a medios y recursos derivara de la equidad y la justicia social. Algunas personas muy convencidas no ven otra alternativa. Pero la observación de la realidad diaria muestra grandes desigualdades, personas en situación socialmente deprimida, a las que las administraciones, por diferentes motivos, no son capaces de procurar necesidades básicas.
¿Qué hacer, dónde y cuándo no llegan las políticas sociales, las actuaciones del estado, comunidad, población?
A menudo, estas personas y situaciones son desconocidas. Sin padrón municipal, situación administrativa regulada, ni tarjeta sanitaria cabe pensar que no existen y, por tanto, no es fácil que lleguen tampoco a la opinión pública, ni a la asunción de presupuestos.
Incluso, cuando la observación hace a estas personas presentes, se ha inculcado que la persistencia en dicha situación deprimida es porque quieren, en una cuadriculada política ciudadana, dónde todo parece estar resuelto.
Para esas personas que oficialmente no existen, que las administraciones ponen en la lista de espera de la justicia social, la respuesta ciudadana y la voluntad contribuyen a mitigar penurias diarias.
Compartir, además, de un fenómeno progresivamente aceptado en desplazamientos y viajes, residencias de vacaciones y enseres, es una oportunidad.
Para las necesidades de la población, para cada una de ellas, existen excedentes en otros sectores. Lo que es complejo es articular el trasvase.
La población general quiere más vida para objetos y bienes que valora. Ropa, mantas, sacos de dormir, comida no hay que tirarlo, si alguien puede aprovecharlo. Así han aparecido bancos o almacenes de ropa revisada, puesta a punto y lista para ser entregada. Bancos de alimentos, bancos de medicamentos y del tiempo. Personas con conocimientos de idiomas, informática, materias escolares que los ponen al servicios de quienes no han accedido a ese conocimiento y desearían tenerlo.
Ya existen experiencias de bancos de atención sanitaria. Si bien tenemos una muy buena sanidad pública, casi universal, hay personas que por distintas cuestiones quedan fuera, Y a estas personas van estas experiencias de sanitarios.
Convencidos de que ha prevalecer la redistribución y justicia social no entusiasma hablar de caridad, filantropía, altruismo. Pero la sociedad no se resigna a mirar a otro lado, a creer que todo está resuelto, cuando así no lo parece. Compartir, es una oportunidad.
Jordi Delás, médico