Bruno Belil Espinós nació en Barcelona un noviembre, hace poco cumplió 31 años, de los cuales algunos los ha vivido en Alemania. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y ahora trabaja como titiritero. Es padre una niña que recién cumple un año y vive con ella y su pareja, actriz, en Colonia. Le gusta pasar tiempo un su taller, pasearse por su mundo imaginario de donde emergen sus marionetas de madera, trapo y hierro.
¿Para qué te fuiste a Berlín?
Me fui a Berlín para desarrollarme como artista. Por aquel entonces, ya sabía que en Alemania había una tradición de títeres mucho más extensa de la que hay en España. Había estado en Berlín con anterioridad, y esta capital me gustó mucho, hasta tal punto que me había imaginado viviendo allí. Cuando acabé la carrera sabía lo que quería, pero no sabía cómo conseguirlo, así que decidí probar suerte en otro país, en otra ciudad, con la esperanza de que el cambio de aires me ayudara a encontrar el modo de conseguir mis objetivos. Alemania es un país sin tantos problemas económicos, y con buenas políticas sociales. Empecé en Berlín y ahora estoy en Colonia.
¿Cómo llega la idea de ser titiritero?
Ya cuando estaba en Bellas Artes empecé a construir títeres y marionetas en las asignaturas de escultura. No tuvieron buena acogida entre el profesorado porque me decían que los títeres formaban parte de un escenario de teatro. No lo entendía porque yo veía a mis títeres como esculturas en movimiento. Esculturas con vida que formaban parte de mi mundo, de fantasía. Cuando me licencié, ya estaba harto de enfrentarme continuamente a los profesores por culpa de mis títeres, así que decidí alejarme del mundo de las Bellas Artes y acercarme al mundo de las Artes Escénicas.
¿Cómo es tu día a día?
Irregular, movido. Cuando tengo una producción de teatro, me paso meses trabajando sin parar en Colonia, y luego cuando tengo espectáculos, estoy más tiempo en las carreteras y autopistas que en casa. A veces, hay periodos riquísimos de pausa, donde aprovecho para trabajar en mis propios proyectos, en mi taller, y tengo tiempo para pasear. Me encanta pasear.
Preséntanos a tus marionetas
A ver, tenemos a
KonFu, marioneta de 9 quilos, sin piernas. A causa de sus movimientos fluidos parece un espectro onírico, aunque él no sea consciente de ello. Es un personaje curioso y reflexivo, a pesar de su vejez, sigue siendo inocente. El mundo para él es un sitio extraño. Luego está Pandora, marioneta de 13 quilos, es hermosa y tímida. Sabe moverse con elegancia y cierto pudor, y su silencio, crea misterio a su alrededor. Después, Rogger Vollkom, él es un poco especial, podría haber sido una versión mejor de sí mismo pero ya es demasiado viejo para ello. Ahora, desde que se jubiló, se pasa los días sumergido en sus recuerdos, en plenos ataques de melancolía.
Veo que la cultura del titiritero está más arraigada en Alemania o en Holanda… ¿por qué crees que pasa esto?
Desconozco el origen de tal tradición, pero es obvio que en Alemania hay aún in interés muy vivo por los títeres. Existen incluso programas de televisión con títeres, tanto para adultos como para niños, desde series hasta
reality shows. En el teatro, existen muchos espectáculos donde se mezclan actores con títeres de todo tipo. Algunas ciudades, tienen teatros específicamente para marionetas. Incluso, alguno de estos teatros, tiene su propio programa de televisión. A parte de eso, hay tres organizaciones distintas que escriben revistas anuales sobre títeres, y hay dos universidades, una en Stuttgart y la otra en Berlín, donde se puede estudiar para ser titiritero.
¿Existe algo que tengáis todos los titiriteros en común?
No se puede aplicar a todos, pero me he dado cuenta de que muchos de nosotros somos personas de carácter solitario, seguimos teniendo la capacidad de soñar despiertos y creemos que los objetos inanimados están vivos.
¿Cuál es tu función favorita?
Wonderkammer. Cabinet of Curiosities, de Frank Soehnie.
¿Cuál será tu próxima función?
“The last mortal· y la estrenaremos el próximo enero en Düsseldorf.
¿Cómo se vive del arte?
Aprendiendo a gestionar, y afrontando la frustración.
¿Cuál es tu mayor sueño?
Intento dejar mis sueños en el mundo de las ideas. La realidad es siempre más decepcionante que la ficción. O dicho de otro modo, intento no traer mis sueños, mis ambiciones al mundo real. Tengo muchos sueños, prefiero no contarlos.
Gracias Bruno.
Gracias a ti.